Hace cinco meses cumplí cincuenta y cinco años y con ellos finalizó mi etapa de navegante profesional. La tan ansiada jubilación marinera por fin había llegado y me sentía fuerte. Tanto como para por fin poder hacer cosas que fuesen más interesantes que haberlas soñado... y de esta manera apurar una edad en la que a un hombre lo que de verdad necesita no es que le funcione bien el alma, sino que no le falle inesperadamente el cuerpo
Ahora, en esta cálida mañana de Junio, después de meses de papeleos, viajes, compras y un sin fin de trabajos, por fin empiezo una nuevo ciclo en mi existencia...pero esta vez como navegante de crucero.
Me acompaña la única mujer que en mi vida tuvo el suficiente grado de insensatez como para ser cómplice de este sueño. Un sueño que nos hará respirar un aire azul y líquido como el fondo luminoso de nuestras fantasías. Un sueño que nos llevara a retiros desconocidos y deseados, a atardeceres de sal, y a amaneceres plásticos repletos de olores, sabores y texturas.
1ª Singladura
Puerto de Vigo, 7 de la mañana, acabando de meter los últimos víveres y pertrechos
a bordo del “Anduriña” un ligero y noble Comet 45 de 12 mtrs, aparejado con 3 trapos: mayor, genova y spinnaker.
Aprovechando el terral de la mañana y después de unos bordos y alguna rápida y precisa maniobra, enfilamos a la entrada sur de la ría de Vigo dejando atrás el sol recortándose por encima del alto del Vixiador.
Unas pequeñas clases teóricas y ella se hace cargo del timón. Mientras, acabo de cazar los vientos del NW procedentes del Anticiclón de la Azores. Una vez aparejada la maniobra, ponemos el piloto automático y nos tomamos un taza de café bien caliente en la cubierta mientras contemplamos abstraídos el contraluz de la costa por babor: El estuario del Miño, Cabo Montedor, Viana do Castelo. Y a lo lejos por estribor, alla en ese inmenso y lejano horizonte... el Atlántico con toda su autoridad y grandeza. El día pasa tranquilo dejándonos hacer una navegación serena y apacible. Y cuando por fin, el sol tiñe de rojos y oro el horizonte...hacemos nuestra primera escala.
Ciento veinte millas náuticas navegadas y entramos en la ría de Aveiro, buscamos fondo y aferramos el rizon dispuestos a pasar la primera noche en la mar. El silencio y las estrellas nos arropan. Un baño en sus frías aguas, una cena y unas caricias acompañadas de historias contadas bajo una túnica de estrellas, son el prologo de unos instantes inolvidables...
Ahora, en esta cálida mañana de Junio, después de meses de papeleos, viajes, compras y un sin fin de trabajos, por fin empiezo una nuevo ciclo en mi existencia...pero esta vez como navegante de crucero.
Me acompaña la única mujer que en mi vida tuvo el suficiente grado de insensatez como para ser cómplice de este sueño. Un sueño que nos hará respirar un aire azul y líquido como el fondo luminoso de nuestras fantasías. Un sueño que nos llevara a retiros desconocidos y deseados, a atardeceres de sal, y a amaneceres plásticos repletos de olores, sabores y texturas.
1ª Singladura
Puerto de Vigo, 7 de la mañana, acabando de meter los últimos víveres y pertrechos
a bordo del “Anduriña” un ligero y noble Comet 45 de 12 mtrs, aparejado con 3 trapos: mayor, genova y spinnaker.
Aprovechando el terral de la mañana y después de unos bordos y alguna rápida y precisa maniobra, enfilamos a la entrada sur de la ría de Vigo dejando atrás el sol recortándose por encima del alto del Vixiador.
Unas pequeñas clases teóricas y ella se hace cargo del timón. Mientras, acabo de cazar los vientos del NW procedentes del Anticiclón de la Azores. Una vez aparejada la maniobra, ponemos el piloto automático y nos tomamos un taza de café bien caliente en la cubierta mientras contemplamos abstraídos el contraluz de la costa por babor: El estuario del Miño, Cabo Montedor, Viana do Castelo. Y a lo lejos por estribor, alla en ese inmenso y lejano horizonte... el Atlántico con toda su autoridad y grandeza. El día pasa tranquilo dejándonos hacer una navegación serena y apacible. Y cuando por fin, el sol tiñe de rojos y oro el horizonte...hacemos nuestra primera escala.
Ciento veinte millas náuticas navegadas y entramos en la ría de Aveiro, buscamos fondo y aferramos el rizon dispuestos a pasar la primera noche en la mar. El silencio y las estrellas nos arropan. Un baño en sus frías aguas, una cena y unas caricias acompañadas de historias contadas bajo una túnica de estrellas, son el prologo de unos instantes inolvidables...
12 tripulantes tienen algo que decirte...:
Buen viaje, Capi
Te diría muchas cosas que me inspiran tu entrada. Tenemos la misma edad, ambos somos marinos aunque yo hace muchos años cambié las salas de maquinas, las largas travesías y los fugaces puertos por otros quehaceres. Eres un ser privilegiado que ha podido llevar a cabo un sueño. ¡¡Suerte y felicidad!!
Ya me gustaria a mi Tesa, ese ”Buen viaje” ahora mismo. Pero como bien pone en el titulo "Navegando a bordo de un sueño", se trata de un relato de ficcion hilado por singladuras del cual acabais de leer la primera entrega. Un viaje que con el tiempo espero hacer, pero de momento aun me faltan un monton de años para tener esos 55 y poder ser ese hombre privilegiado que comenta Chanclas.
Vaya! Pensé que era real y pensé también, "es un tío con suerte". De todas formas, la suerte hay que buscarla, quererla y trabajarla. Lo importante es tener un sueño y vivir con la certeza de que algún día se llamará realidad. Precioso el relato.
Capi,buen viaje en este sueño, y que la llegada a puerto sea el comienzo del viaje real.
Un petó
Pardiez, viejo bribón! por un momento pensé que nos habías tenido engañados a todos haciendome pensar que eramos coetáneos, y que en realidad tenías 55 kastañas ya.
Aparte de eso, todo llega, inexorablemente, incluso la parca cuando toque, asi que sin prisa. Pero sin pausa, si ese es tu sueño, hazlo real AHORA.
Un abrazo, capi
Fredo soñando ...
... psiu silencio.
Hola mi amigo.
Un beso.
Sill
¿Y Mr. Spock qué dijo?
Cuando te llegue ese día, que de seguro te llegará, comparte el momento con nosotros... aunque sólo sea la partida.... mientras sigue soñando en alto... gusta.... un abrazo capitán... Marea@
Aunque aun te quedan unos añitos, prometo mantener este grado de "insensatez" en su mas alto grado...Mientras, nos quedan muchos vinitos en La Viuda..a que si?..jejeje.
mil besos, para ti.
Jo capi, con lo que me gustan a mi los "viajes-sueños" ... me quedo por aquí siguiendo ese viaje que acabas de emprender. Ah, y cuando haga falta, miramos para otro lado .. a la estrellas, vale?
Precioso. Veo que sí que escribiste.
Y pensar que pensaba que estoy vivo cuandp nunca viví lo que cuentas.
Dichosos despertares lo nublados que son.
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