Fumando espero...


Quien dijo que solamente a los lugartenientes de ZP les embriaga prohibir?.

Seguramente los mismos herejes que como yo, dicen que a la miembra del gobierno Dña. Trinidad Jimenez le pondría perraca, el ver como arden en una pira de hojas de tabaco todos aquellos que tenemos el insano, pero placentero vicio de fumarnos lo que sea con tal de que eche humo, aun a sabiendas de que nuestra decisión tal vez influya de manera concluyente en nuestra manera de morir. Pero eso sí, sin perder la racional lucidez de que muchas de las cosas que hacen agradable la vida, son por desgracia las mismas que por lo general la acortaran. Y que cada cual tome sus decisiones y elija su biografía en función de que prefiera que sea larga, o de que no le importe que solo resulte intensa.
Siempre fui un fumador contumaz, hasta el punto de que en mi vida sentimental las mujeres que la compartieron me indagaban el alma echándole un simple vistazo a mi cenicero y al mismo tiempo un hombre al cual, las prohibiciones siempre le tocaron mucho los cojones. Más bien soy de esos que tienen como rúbrica aquello de que, “cada can se lama su ciruelo”.
Bueno, retomando el rumbo de lo que quería decir, que a la mínima ventolina se me escapa el timón. Esto de prohibir fumar, no es de ahora ni patente de los pretorianos socialistas. Es algo que ya viene de antiguo y de lo que quedo constancia escrita como a bien pude encontrar en uno de esos sitios raros que suelo visitar en el internes, y que dice así:

ORDENANZAS GENERALES DE LA ARMADA NAVAL, SOBRE LA GOBERNACION MILITAR Y MARINERA DE LA ARMADA EN GENERAL Y USO DE SUS FUERZAS EN LA MAR.

Tomo II. Parte Primera. Trat.5º Tit. 173.

EL HOMBRE DE MAR O TROPA QUE SE ENCONTRARE FUMANDO
FUERA DE LOS PAGARES O MODOS PERMITIDOS, SERA PUESTO EN
PRISION POR QUINCE DIAS A PAN Y AGUA, ESTANDO EN PUERTO.
Y EN LA MAR, SE LE DESTINARA A LA LIMPIEZA GENERAL SIN GRILLETES
POR OCHO DIAS CON PRIVACION DE VINO TANTO EN LA MAR COMO
EN PUERTO. SI FUERE EN PIPA SIN CAPILLO EN LOS SITIOS PROHIBIDOS
SE LE SUBSTANCIARA PROCESO PARA LA MAYOR PENA CORRESPONDIENTE
A TAL EXCESO.

Veis lo que os dije. Ahora que vengan presumiendo los de PSOE de frikis.


Recuerdos


Hace unos días este que suscribe encontrabase en tierra de mandarinas disfrutando de unos merecidos días de descanso.
Y gracias a la sana costumbre de zapear de modo neurasténico con el televisor, por aquello de no estar mucho rato viendo la misma memez, -no vaya a ser que se me seque la única neurona que me queda-, pille el final de La Tormenta Perfecta. Aquella película donde George Clooney interpretaba el papel de Billy Thyne el carismático capitán del Andrea Gail, un pinchero de Gloucester que se hundió en octubre de 1991en aguas del atlántico Norte, parece ser en una zona denominada Flemish Cap.
El caso es que pille el final de la peli, ese momento en que Diane Lane saliendo al amanecer con su barco de la bahía de Gloucester, recuerda las palabras de su colega de oficio diciendo aquello de que… ¿Hay algo mejor que ser capitán de un barco de pesca?.
Y hoy me vino al recuerdo un post que colgué en el viejo sextante hace mucho tiempo.
¿Por qué?...
¿Sera porque tal vez no hay nada mejor que ser patrón de un barco de pesca?

A ESOS LOLOS ANXOS Y DEMAS...

Los conoces...conoces sus nombres de gente normal.

Unos se llaman Lolos, otros Anxos, Genos, Toños, Xurxos...nombres normales para gente normal.
Son hombres que conoces y que como todo cristiano arrastran con ellos sus virtudes y sus miserias. Unos te son mas afines que otros, y por consiguiente (y es normal) sientes mas aprecio por aquellos que rezan tu mismo credo.
Pero cuando la mar ruge brava, cuando no da concesiones a los hombres, cuando solamente la prudencia, pericia y conocimiento marcan la delgada línea de la supervivencia en ella. En esos momentos es cuando esos hombres con nombres comunes se transforman (al menos ante tus ojos) en aquellos marinos, héroes de novelas que devorabas en tu juventud, como pudieron ser, el Capitán Ahab y su tripulación a bordo del Pequod persiguiendo infatigablemente aquella ballena blanca sin importarles un ápice los peligrosos mares a los que su orgullo de pescador arrastraba.
Estos hombres que a cada estrochón de mar lo único que les queda es apretar los dientes y seguir con las faenas mientras ese mismo mar pone a prueba su aguante son a los que dedico estas líneas, ya que... y por supuesto sin negar la realidad, se que como en cualquier oficio... hay de todo.
Estos eligieron un oficio duro, un oficio de hombres. Son marinos de vocación o de tradición, donde la mar nació ya con ellos y por su venas corre sangre salada. Una mar que acaba convirtiéndose en compañera inseparable hasta que irremediablemente llega el día en que debido a la exigencia del trabajo no les quede mas remedio que varar al igual que su viejo barco, y contemplar con nostalgia esa gran azul desde un muelle o espigón cualquiera.
Y quiero también decir que son esos hombres los que siguen manteniendo intacta mi capacidad de asombro frente a la reacción del ser humano ante la adversidad.Sigo admirándolos cuando los veo hacer frente a un mar que irremediablemente los va a golpear y el único gesto que observo es como aprietan un poco mas los nudillos aferrándose a una baranda o a una tapa de regala y entornan los ojos algo mas de lo normal, mientras el cigarrillo ya apagado y mojado cuelga firme de la comisura de sus apretados labios. De vez en cuando los veo mirar al cielo y jurar en arameo, pero siempre con ese rictus en la cara de conformismo y resignación que los caracteriza.
Entre estos hombres las palabras a veces están de mas; gestos y actos es su lenguaje, movimientos, expresiones y miradas acompañadas de escuetas palabras lo dicen todo entre esta especie marina.
Recuerdo una noche no grata para rememorar, cuando el cuadrante anterior peligroso del ciclón tropical “Jenny” se nos echo encima y tuve que cambiar del gobierno automático a manual, ya que por si solo al barco le era totalmente imposible aguantar el rumbo, y recuerdo también las palabras de un viejo marino que en ese momento se encontraba de guardia conmigo en el puente...
-Patrón, esta duro verdad?... me decía, mientras me miraba de soslayo esperando mi respuesta.
Respuesta que nunca llego, y el así lo supo apreciar. Miraba mis ojos abiertos de par en par buscando en medio de la oscuridad la espuma que pudiera delatar esa ola traicionera que todo marino tememos, la blancura de los nudillos agarrando con fuerza el timón, las piernas tensas y abiertas para aguantar la fuerza de los estrochones...Gestos y silencio fueron para el suficiente respuesta, quedándole claro que no estaba el foro para disertaciones, y a la vez tranquilizándole mi actitud de concentración en la lidia de ese miura.
La mar, la adversidad y las penurias hacen de estos hombres verdaderos comunicadores sin palabras. Y ahora yo, haciendo uso de ellas aprovecho este medio para que otras personas ajenas a este mundo conozcan un poquito más a esos..Lolos, Anxos, Toños y Xurxos anónimos.



Publicado por el Cap. Tormentas en Sextante el 01/01/07

Si John Silver levantara la cabeza


Este mundo está para mear y no echar gota. Te levantas por la mañana, te preparas tus Krispís con cola-cao, coges la prensa, te pones a leer y no sabes si reírte o llorar con noticias como esta “Piratas atacan por error un buque de guerra francés”.
Lo primero que me viene a la cabeza son los comics de Asterix donde aquellos pobres piratas siempre se encontraban con Obelix y el enano navegaran por el mar que navegaran, llevando a continuación estopa hasta en el mascaron de proa.

Lo segundo la ignorancia de un pueblo sumido en el desgobierno, la violencia y el hambre desde sabe dios cuando, que los obliga en pleno siglo XXI a seguir ejerciendo el “noble” oficio de la piratería. Y en donde el delincuente por lo que se ve, no tiene ni la más pajolera idea de que un navío de guerra de hoy en día mayormente pinta de gris, lleva unas letras y un numero pintados en los costados, así como unos tubos por toda la cubierta que largan metralla a destajo y que solo con verlos ya dan miedo, y por supuesto nada que ver con un atunero de Bermeo...
Yo es que me imagino la cara de estos rallados con sus chanclas, sus bermudas, su kalashnikov y sus lanzagranadas al hombro poniendo la patera al costado de buque francés y pidiéndole al comandante del susodicho que pare el barco inmediatamente que lo van a abordar, mientras los infantes de marina gabachos se descojonan parapetados tras las lanzaderas de misiles tierra-aire esperando la orden de su comandante para darles de hostias hasta en el cielo de la boca.
Si es que ya nada es como era.

¡Hay si John Silver El Largo levantara la cabeza!



¿Soy tan taliban?

Hoy me recriminaba un compañero de trabajo cuatro lustros más joven que yo, mientras nos adentrábamos en el seno de la Bahia de Cadiz y este que suscribe gobernaba la nao totalmente absorto a través de Radio 3, en la voz herida de Billie Holiday mezclada con las pisadas del sumiso “chaston y la liturgia de la navegación.


-Joder Patron, ¿Pero tú no sabes escuchar otra cosa que no sea Jazz?

-Pues mira… Si, oye. Tampoco soy tan talibán. También escucho otras cosas

Y para ejemplo, este regalito que os dejo, que seguro hace tiempo que no lo oíais. Os podría contar muchas cosas sobre el viejo Gilmour (soy la biografía con patas de su pretérito grupo), Pero mejor os dejo escuchárlo.

-Chanclas viejo lobo, hoy échale una guinda al whisky .









*Acordaos de pausar el reproductor de la derecha

Navegando a bordo de un sueño (4ª singladura)

Son las 5 de la tarde, después de honrar a Morfeo con una generosa siesta, decidimos soltar cabos y seguir con nuestro viaje. Nos da un poco de pena dejar esta hermosa ciudad con todo lo que en ella vivimos durante tres días paseando por sus añejas calles, y empapándonos de la magia de sus melancólicos fados mientras cenábamos en las tradicionales tabernas del viejo puerto. Pero el viaje debe continuar sabedores de que nos esperan lugares aun mas maravillosos que la ciudad de los navegantes.
Gobernando la salida del Anduriña con el motor auxiliar y el trapo arriado, vamos dejando atrás la roja de la Doca de Belem que marca la entrada del muelle de recreo, para a continuación pasar pegados a la bellísima Torre del mismo nombre; que a esas horas y con el sol aun alto hace brillar su piedra blanca como si de un perfilado espejo se tratara. Sus almenas y sus baterías a ras de agua nos transportan a tiempos lejanos, donde desde esa misma torre se entablaron feroces combates en defensa de la villa.

El viento del cuarto cuadrante empieza a dejarse notar conforme perdemos el socaire de la costa norte. Más allá, borreguitos blancos por encima de la superficie del mar nos auguran vientos frescos. Decidimos pegarnos bien a la costa para evitar en lo máximo posible el mar de fondo. Izamos todo el trapo y afirmamos bien la botavara de la mayor por sotavento....Al instante la Anduriña escora a sotavento y se pone a navegar firme y veloz como una saeta!..... la corredera empieza a subir rápidamente alcanzando una velocidad de doce nudos. Ella se hace cargo del timón mientras trinco firme las escotas de la Génova, veo su cara que es todo un poema, pero es una mujer valiente y se que será una gran navegante. Sonrió al recordar sus palabras… ¿Y yo seré capaz de subir a bordo de un barco sin ostiarme?

Pasamos a menos de media milla de la impresiónate pared de cabo Espichel, la mar ruge brava al encontrase con ese freno natural, el viento va en aumento y la adrenalina empieza a subir a borbotones hacia el cerebro. Mientras el barco se mantiene con un rumbo firme, trinco mi arnés en la bañera y me siento al lado de ella, la tranquilidad y la satisfacción empiezan a asomar en su rostro.

Después de dos horas de galopada salvaje los vientos empiezan a aflojar y a rolar a Sur anunciando el fin de la borrasca. Preparo la maniobra para navegar de ceñida, el subidon de adrenalina nos dio hambre y nos despachamos rápidamente, dos bocadillos y media botella de Oporto.

La noche pasa rápida, son las tres de la mañana y ella al final se queda totalmente dormida y agotada apoyada en mi hombro, mientras en la proa la potente luz del faro de Cabo San Vicente se empieza a dejar ver en el horizonte.

Y yo, mientras la contemplo, gozo con todos mis sentidos de la mar, del viento en la cara, del calor de esta mujer que duerme tranquila a mi lado y de la libertad total y absoluta...finalizando así esta cuarta singladura a bordo de mi sueño.

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