La ame desde el primer día que la vi. Nunca crei en esas pasiones que dicen a primera vista, pero ella transformo mi ateísmo hacia el amor espontáneo en un integrismo puro y duro. No sé si fueron sus curvas (generosas por cierto), o su paradójicamente a la vez fina silueta. No sé si fue su sensual manera de acariciar, o su vigorosa e infatigable energía, creo que todo influyo un poco a la hora de provocar ese etéreo estado de enamoramiento. Pero además de creer; de algo en lo que si estoy totalmente seguro, es que su patrimonial nobleza hizo mella en mi voluntad inmediatamente.
Me quedan dos semanas para disfrutar de unas merecidas vacaciones, y sueño obsesivamente con ella a diario. Sueño con atardeceres contemplando el poniente acariciado por el olor de la bajamar, sueño con la suave brisa mezclada con la salitre en mi piel erizándome los poros y produciéndome esa energía necesaria para seguir cabalgando con ella hasta que el sudor resbale entre los dos. Sueño con acariciarla y con sus caricias. Sueño con cada parte de su cuerpo, sueño con…sus baos, con sus cuadernas, su “cufiño”, su “panel de couso”, su “cadeira”, su “panel de meo”, su “tilla”, su banco y su proa. Sueño con su caña gobernada con mano firme, con cazar vientos, con estelas por la popa y cabezadas por la proa. Sueños y deseos que con disimulada elegancia, me hacen olvidar los avatares de la vida.
Me imagino que a estas alturas del texto, ya os habréis dado cuenta que hablo de una embarcación, pero os diré también que no hablo de una embarcación cualquiera. Hablo de una “Dorna”
La dorna es la única embarcación de legado nórdico existente en el Sur de Europa, posiblemente un recuerdo de las incursiones vikingas a las aldeas costeras de mi tierra (Galicia). Los antiguos pescadores gallegos desde hace muchos siglos, (hay datos para pensar que anterior al siglo XII), supieron adaptarse a este "regalo" de la tecnología nórdica, creando una embarcación difícil de superar en su funcionalidad, en su facilidad constructiva y n su economía de materiales.
Con poco más que madera para tablazón y arboladura, clavos, unos pocos herrajes, unos metros cuadrados de paño, algo de cordaje, brea y aceite; un carpintero de ribera amante de su oficio creará una obra de arte, ejemplo de lo mucho que se puede "sofisticar la sencillez".
Nada falta, pero nada sobra, espartana pero elegante. Así es la dorna. En las Rías Baixas hay un número creciente de unidades que vuelven a navegar a vela con su aparejo de relinga, que si bien es efectivo y simple, para evitar roturas de palo o incluso "quillas al sol" requiere ser manejado con el sentido del ritmo y de la medida que se necesitarían para jugar al tenis en un tablero de ajedrez.
Amor a primera vista
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9 tripulantes tienen algo que decirte...:
Yo también soy de la opinión que amar a una embarcación es más sensato que amar a una mujer. Y aunque ambas producen satisfacciones y sinsabores, con la primera ves mundo y con la segunda te quedas ciego.
El manejo viene a ser similar, con ritmo, suavidad y vigor.
La diferencia reside en la respuesta, la primera ya sabes cual será la que te de, de la segunda nunca puedes estar seguro.
Disfruta de tu romance, viejo bribón.
Pues sólo deseo que se cumplan todos esos sueños que enumeras en tu post.
¿Le vas a poner nombre a tu Dorna?
Besos, Capitán
Hola, Capitán Tormentas.
Te informamos de que hemos publicado una encuesta nueva en el blog.
Tu opinión para nosotros es muy importante ¡Por eso nos gustaría conocerla!
Gracias por tu colaboración.
Un afectuoso saludo.
Pues pensé que era yo por eso de las curvas y la elegancia, pero me gano la Dorna esa, bueno, que le vamos a hacer, yo con mi viento y mi mar, y tu con tu mar y tu Dorna,
Me gustan las embarcaciones de madera, es distinto, la mar sabe a otra cosa, como estar en casa, como un baile de salón,
¿ Es tuya?, pues si es asi, te felicito, como tambien como la describes, sigo pensando que escribes con la elegancia de un noble, metido a pirata por las circunstancias,
PD: no se porque todos mis chicos preferidos adoran el jazz, y yo que casi no lo soporto, claro que para eso esta la ginebra y escuchar para otro lado hasta que toquen la melodia perfecto para mis oidos parranderos,
buena travesia capitán.
Si Amelia, una embarcacion de madera es otra cosa, la madera en la mar esta viva de nuevo... respira. Si fuera perfumista crearia una colonia de hombre con solo tres esencias... Salitre, barniz y brea.
Preciosa historia de amor Capi ... a la vuelta nos cuentas cómo fueron esos atardeceres que ya intuyes. Vas en buena compañía.
Graciosito mi capitan, tamos hoy, Eva Perón eh? pues ni se me habia pasado por el cabezón, jajaj,
saludos capitan, nos vemos
Salitre, barniz y brea,UMMMMMMM, creo que si, ese sería un buen perfume de macho remacho, pero antes que se lave los sobaquillos y los prinrreles, por favor, sino la brea con el olor a macho cabrio hace de elexir amoroso del gato hacia la sardina, nos vemos capitán.
Love forever
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