Nadie se libra de esta esquizofrenia colectiva, ni nuestros chavales, estos incluso son mas vulnerables debido a su juventud y poca mili en la mochila.
Rosa María E.P., de 50 años fue asesinada el 17 de Diciembre del 2005 dentro de un cajero automático por tres “niños de papa”, o “niños pijos”, o “niños pera”, o hijos de puta mal criados, da igual como les llamemos, que… “se les fue la mano”
No quiero entrar en el suceso en si, sobran las palabras viendo las imágenes con las que sangraron nuestras retinas y nos dejaron una mella en el alma los informativos.
Hubo otra cosa que me impacto tanto o más. Y fue la vida anterior de esta mujer, y el como llego a acabar recolectando sueños dentro de fríos cajeros automáticos rechazada por un entorno que cuanto mas se globaliza, mas se deshumaniza.
Rosa María E.P., de 50 años era una mujer culta, estudiada y estudiosa con un buen trabajo (secretaria de dirección), un marido, una hija y supongo que hasta una hipoteca y tal vez un perro. Una mujer más, con una familia más y con una vida normal estereotipada como la de cualquiera de nosotros. Y que de repente por amor a un palomo lo deja todo, familia, hija, trabajo y corre tras los latidos de su corazón. Un mujer impulsiva, que como casi siempre suele pasar, cuando los impulsos rigen tu vida y relegan a la razón, la hostia que te pegas es directamente proporcional a la fuerza de esos sentimientos.
Abandonada en Francia y sola con el corazón roto busca consuelo en el amor de Baco, el resto es fácil de imaginar… desamor, decepción, amargura, vergüenza, soledad, rechazo, y por ultimo… indigencia. Es la historia de una perdedora en un mundo donde esta de moda ser perdedor, un mundo donde hay música de perdedores, literatura de perdedores, cine de perdedores, incluso hasta hay perdedores de éxito. Es la historia de uno de tantos que al llegar a casa sólo encuentran caliente romper a llorar en la ventana. Es en fin, la historia de aquellos que bajar las escaleras les llevaba el doble de tiempo que subirlas
En su última entrada una amiga de este blog decía que solo un cristal nos separa de ese otro mundo. Personalmente creo que es algo aun más frágil que un cristal… es una puta y simple neurona. Y que como se nos joda… Adiós.