Navegando a bordo de un sueño (2ª singladura)

En la entrega anterior algún amigo del blog pensó que lo que estaba leyendo era la crónica de un viaje ya realizado. Y quisiera aclarar, que más bien se trata de la cronología de un viaje por formalizar, una mezcla imprecisa de realidad y de ficción. Recordando las cosas por haberlas visto en el reflejo de la superficie de mis sueños, y haberlas tenido grabadas en la somnolencia de mi piel. Aunque lo malo de los sueños, al igual que las noches estoicas y estupefacientes, es que siempre corres el grave riesgo de que amanezca.
Con estas singladuras solo trato de adornar recuerdos, y así de paso ir escribiendo el borrador del epilogo de una vida.

2ª singladura
Son las diez de la mañana, el sol esta alto y sus rayos nos despiertan invadiendo el portillo de proa, solo dormimos cinco horas pues la noche fue larga... si leísteis la singladura anterior es obvio el porqué.
Un baño en las tranquilas y frías aguas de la ría de Aveiro nos devuelven al mundo, un cigarro y un cola-cao caliente nos hacen ser el mundo.
Recogemos el rizon e izamos la Génova, trapo más que suficiente para maniobrar la salida. A la media hora nos encontramos virando a babor y enfilando rumbo sur hacia el siguiente destino… Lisboa.
No hay prisa, solamente 90 millas náuticas nos separan de la ciudad dorada de navegantes y marinos. A media tarde pasamos por los bajos de las Berlingas, y contemplamos fascinados como una numerosa colonia de aves marinas: gaviotas, pardelas, paiños y cormoranes moñudos acaban con un banco de alcrique en un frenético vuelo, un sube y baja plagado de salvajes zambullidas.
Cuando los últimos rayos suspiran en el horizonte, doblamos Cabo raso y viramos al este orientándonos por las luces del faro de Cabo Bugio y de Espichel más al sur.
Al poco empezamos a ver el rosario mágico de luces blancas del puente colgante, el olor y la luz embriagan el alma haciendo que el Anduriña navegue solo y sin viento hacia el pantalán. Atracados y después de una ducha de agua dulce en el club náutico -que buena falta nos hacia-, buscamos un bonito restaurante en la vieja zona portuaria. Y allí, a la luz de una vela dando buena cuenta de un perfecto bacalao a la brasa y de una botella de “viño verde” oímos a lo lejos un acordeón y una rasgada voz cantando un fado. Son músicos ambulantes que se acercan, que nos ven, y la ven, y hay algo en los ojos de ella que hacen que se paren y le dediquen una hipnotizadora canción.
Pensábamos dar un paseo por la vieja ciudad, pero tendrá que ser mañana, algo perentorio y urgente necesita de ser consumado ahora. Así pues caminamos hacia el Anduriña y durante el paseo una fuerza apremiante hace que parezcamos corredores de marcha en vez de nocturnos y relajados paseantes.

14 tripulantes tienen algo que decirte...:

Sylvia dijo...

Sin palabras...las tuyas lo dicen Todo...

Besos para tí, especiales.

Capitán Tormentas dijo...

Alguien muy especial, me pidió que le tradujera el comienzo de este fado. Así que ahí va…
Paso el día en la ciudad que me encanta… en mi vieja Lisboa es otra vida.
Y con una nota de saudade en la garganta, escucho un fado que siento a despedida…

Mar dijo...

Fantástica mezcla de sueños y recuerdos, que leo con el entusiasmo de un niño. Se puede oler el mar, ver las aves, degustar el vino, oir el fado y todo lo demás ...

Tesa dijo...

Si el paraíso existe, no hace falta situarlo en unas coordenadas fijas.
Un viaje así... el trayecto, ya es estar en el paraíso.

Tu músca buenísima, como siempre.

Noctámbulo Desesperado dijo...

Qué agradable relato. Imagino tu viaje, tn certero para el corazón.

chanclas dijo...

¡¡Lo has conseguido!! Tus palabras y el fado incensante me lanzan a buscar un whisky con hielo. Esto hay que releerlo...

KTS dijo...

Es que según iba leyendo ya pensaba en sugerir el fabuloso bacalao cocinado de mil maneras todas exquisitas de la costa de Portugal, ya vi q lo incluíste acompañado de un vinho verde perfecto. He estado es la zona y tal cual lo describes es como se vive la visita, la presencia de las aves marinas, el aire con ese olor... y el fado.
Un aplauso capi.

Capitán Tormentas dijo...

Vale, vale, sigo traduciendo...

Fue en las tabernas de Alfama, en hora triste
Que nació esta canción y su lamento
A la memoria de los que van tal como el viento
Al mirar de quien se ama y no desiste
Cuando brilla la antigua llama, o el sentimiento
Oigo este mar que resuena en cuanto canta
Y de la “Bica a Madragoa” (no se lo que es) en el momento
Vuelve siempre esta ansiedad de la partida
Nace el día en la ciudad que me encanta
En mi vieja Lisboa de otra vida
Quien vive solo del pasado sin motivo
Queda preso a un destino que lo invade
Más en el alma de este fado siempre vivo
Crece un canto cristalino sin edad
Y por eso que imagino en libertad
Una gaviota que vuela renacida
Ella nada me daña o desencanta
En las calles de esta ciudad amanecida
Pero con un nudo de saudade en la garganta
Escucho un fado que se entona a despedida.

... mas o menos

Susodicha dijo...

"Un cigarro y un cola cao...nos hace ser el mundo"...que momento de efimera plenitud.ME ENCANTA.
Consumar...con la necesidad desbocada de los cuerpos que vibran al son de un compas...
Como apreta a veces la hidraulica del alma...jejeje

Un calido beso Capitan.

Hache dijo...

Un fado, la luna, las estrellas, las prisas por amar ... intuyo un viaje muy largo capi.

Con colacaos al amanecer y copas que chocan cuando cae la noche.

➔ Sill Scaroni dijo...

Entre sueños y realidades vamos conociendo un poco mas de ti.
* Prefiero el fado en portugués. ;))

Un beso.
Sill

IRLANDA dijo...

Me encanta tu sueño, y sabes, a veces muchas veces , y creo que me repito más que el ajo, los sueños se hacen realidad.

Seguiré tu sueño, pues hace soñar.

Un petó, Capitán.

Susodicha dijo...

...un beso y un abrazo marinero de sal y alma espumada.

amelia dijo...

lo dicho, un blandengue integral, mira que te escribo y te cuento lo de mi curso,
Mira, siempre me ha gustado como escribes, y ahora es un placer navegar contigo en esa mar, un abrazo, melilla

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